Pastor's Weekly Column: Sunday, January 23rd
Dear Brothers and Sisters in Christ,
Thank you to everyone who came to the pro-life rally at St. Thomas parish on Saturday to support the right to life of unborn children. We must keep praying and fasting for this most important intention as we await the Supreme Court’s decision in the Mississippi abortion case.
Whatever the outcome of that case, though, making abortion illegal is not going to solve the problem of our world’s lack of appreciation of the value of human life in all its stages. It will be up to each of us to continue working to change hearts and minds and to support efforts to assist women and men who find themselves in a difficult situation as new parents. It is also critical in our effort to win hearts and minds that we avoid any triumphalism and judgmentalism towards those who have tragically misled on this sensitive subject. It will only be through genuine love and respect that the value of human life can be more fully established and respected.
A fitting complement to this need for conversion (of those who support abortion and of our own selves) is the Feast of the Conversion of St. Paul this Tuesday. St. Paul went from being the most ardent persecutor of Christianity to its greatest exponent and defender. We should not lose sight of the real possibility of conversion in the most surprising of places. Let us pray on Tuesday, on the feast of St. Paul’s conversion, that the Lord convert the hearts of all who support crimes against human life, and that He convert our own hearts to make us more faithful disciples and more effective witnesses of His Resurrection.
Recent read: The Cocktail Party by T.S. Eliot. Eliot is mostly known as a poet and literary critic, but his theatrical works make for interesting reading as well.
St. John the Evangelist, pray for us!
Yours in Christ,
Father Royce Gregerson
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Gracias a todos los que fueron el sábado a la manifestación pro-vida en la parroquia de Santo Tomás para apoyar el derecho a la vida de los niños no nacidos. Debemos seguir orando y ayunando por esta intención tan importante mientras esperamos la decisión de la Corte Suprema en el caso del aborto en Mississippi.
Sin embargo, cualquiera que sea el resultado de ese caso, hacer ilegal el aborto no va a resolver el problema de la falta de apreciación de nuestro mundo del valor de la vida humana en todas sus etapas. Nos corresponde a cada uno de nosotros continuar trabajando para cambiar los corazones y las mentes y apoyar los esfuerzos para ayudar a las mujeres y hombres que se encuentran en una situación difícil como nuevos padres. También es crítico en nuestro esfuerzo para ganar corazones y mentes que evitemos cualquier triunfalismo y él juzgar aquellos que han trágicamente engañado sobre este tema tan delicado. Sólo a través del amor y el respeto genuinos se podrá establecer y respetar más plenamente el valor de la vida humana.
Un cumplido adecuado a esta necesidad de conversión (de aquellos que apoyan el aborto y de nosotros mismos) es la Fiesta de la Conversión de San Pablo este martes. San Pablo pasó de ser el perseguidor más ardiente del cristianismo a ser su máximo defensor y exponente. No debemos perder de vista la posibilidad real de conversión en el más sorprendente de los lugares. Oremos el martes, en la fiesta de la conversión de San Pablo, para que el Señor convierta los corazones de todos los que apoyan los crímenes contra la vida humana, y para que convierta nuestros propios corazones para hacernos discípulos más fieles y testigos más eficaces de Su Resurrección.
¡San Juan Evangelista, ruega por nosotros!
Suyo en Cristo,
Padre Royce Gregerson
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